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Jornadas Anti-frontex, 19- 22 de mayo del 2015

El 21 de Mayo del 2015 se reunirá en Varsovia la flor y nata del racismo europeo para celebrar el décimo aniversario de la creación de una delas meta-organizaciones más influyentes que defienden el capital de la Fortaleza Europa. Se trata de una organización poco conocida, que hasta hace poco se había quedado en la sombra, y que es una especie de híbrido de policía fronteriza y servicios secretos así como promotor de una agresiva política antimigratoria. Frontex, del francés “frontieres exterieurs”, es un organismo ejecutivo de la política (anti)migratoria europea de la UE y goza de autonomía en la toma de decisiones – en materia de asuntos exteriores de la Unión Europea – y de un presupuesto creciente cada año del que no tiene que rendir cuentas. Se financian con él proyectos que parecen sacados de una novela anti-utopía, como el sistema de vehículos terrestres no tripulados, mejor conocido como proyecto TALOS, realizado con la colaboración de la Politécnica de Varsovia, entre otros. El voto de confianza le permite también dirigir su propia política de asuntos exteriores de inmigración, haciendo acuerdo con las dictaduras de los países limítrofes (Bielorrusia, Libia, Túnez, Algeria), financiando y organizando la represión hacia los refugiados en la zona barrera lo cual permite diluir la responsabilidad. Como consecuencia de esto, la frontera de Europa se va desplazando cada vez más lejos del “Viejo Continente”, permitiendo así ocultar los efectos de esta política ante los ojos de los europeos y de las europeas. Los campos financiados en los países del Hemisferio Sur y la despiadada política migratoria de los países de la UE generan víctimas reales como las decenas de miles de personas ahogadas, muertas de hambre, abandonadas en el mar o en el desierto o que, directamente, fueron disparadas.Anualmente, es un número mayor que el de las personas que perdieron su vida por culpa del muro de Berlín, durante todo su periodo de existencia.

Los refugiados –expulsados de sus países de origen por la economía de saqueo neocolonial, conflictos alimentados por la venta de armas, catástrofes ecológicas calculadas como gastos de la economía europea y, finalmente, invasiones imperialistas– a menudo no tienen otra elección que la de huir en dirección hacia “el paraíso europeo”. La creciente diferencia entres las clases sociales, el hambre, la pobreza y el miedo les llevan a atravesar a pie desiertos, cruzar océanos y engancharse a las ruedas de los aviones y, a menudo, también a entregarse a las mafias organizadas de traficantes. Las acciones del Frontex no solamente suman kilómetros y obstáculos. Hasta que no termine la hegemonía de Europa y su política neocolonial, estas acciones jamás disminuirá la determinación de la gente de la que dependen familias e –incluso– pueblos enteros. Por lo general, las tragedias ocurren fuera de la vista de los europeos pero la magnitud de las mismas, junto con el crecimiento del número de refugiados –relacionados, por ejemplo, con los acontecimientos de la primavera árabe, la masacre de Afganistan y la guerra en Siria o Ucrania– se ha disparado tanto que es imposible no darse más cuenta de ellas. Los ahogamientos masivos en las costas de Italia o los asaltos a Ceuta i Melilla, las muertes en los campos minados a las orillas del río Evros y en las vallas alambrdas de la frontera de Bulgaria son solo ejemplos de las tragedias, cada vez de mayor magnitud y que ocurren de manera cada vez más frecuente en la medida en la que se agudiza la crisis social en los países limítrofes. Una crisis que es, frecuentemente, consecuencia de la política exterior europea, colonización económica o, directamente, de alguna intervención militar.

En los últimos años, estos acontecimientos y la fuerte crítica que han despertado han hecho que el Frontex haya cambiado de imagen haciendo todo lo posible para presentarse como una organización humanitaria que suaviza los problemas que ella misma provoca o que combate a los traficantes de personas –a los que ella misma les da “puestos de trabajo”– lo cual dice mucho de la hipocresía con la que actúa. Su funcionamiento agranda cada vez más y más la crisis humanitaria. Véase la última operación militar –en la que se prohibió que las tripulaciones italianas rescataran a los refugiados que se encontraban fuera de la zona costera– o la colaboración con el crimen organizado, también de estado, en Marruecos o Libia. Para los que sobrevivan el largo y peligroso viaje hacia Europa, los problemas no acaban ahí. Solamente cambian de carácter. Los migrantes indocumentados pasan a ser el blanco de la politica interior antimigratoria. No se quedan excluidos por completo del orden social: hay un lugar para ellos cuando hacen el trabajo esclavo. Son también víctimas de la violencia policial y se les encierra en los Centros de Internamiento para Extranjeros.

La situación de todos los migrantes en la UE es muy difícil. El destino de los refugiados de guerra – a los que no se les garantizan ni tan siquiera los mínimos estandares humanitarios, aprobados por los países miembros– confirma el carácter racista del modelo de política. El intento de legalizar el permiso de residencia parece una tortura burocrática y su resolución suele ser la de la criminalización de la persona, debido a que las leyes están construidas para no se pueda llegar a cumplir nunca con la norma. Todo el aparato está creado unicamente para reprimir y criminalizar, y sirve a los intereses económicos de la Unión cuyas “maravillosas” ciudades fueron construidas con el trabajo esclavo de los migrantes. Su persecución legal, por lo general, refuerza la posición del empleador. Las oficinas de los jefes y presidentes las limpian las manos invisibles de las migrantes. También la posición de los trabajadores locales se encuentra debilitada por el hecho de rebajar los costes de la mano de obra. Esta máquina se alimenta del racismo diario de los neofascistas que se materializan en los pogromos, las denuncias o en los puestos de trabajo que ocupan en los cuerpos de seguridad.

Esta dramática situación no se haya sin respuesta. En los centros de internamiento, estallan huelgas de hambre y motines; se bloquean deportaciones. Los y las migrantes saben que pueden contar solamente consigo mismos y organizan marchas, ocupan espacios, ocupan casas vacías, afrontan deshaucios y ataques fascistas.

Decimos no a la política de eurorracismo. A cualquier innovación de esta represión le contraponemos desde abajo formas de hermandad anticapitalistas. Como en el caso de la operación Mos Maiorum –la mayor redadada en la historia de la Europa de la posguerra– y de otros proyectos de contrainformación, acciones de alerta, mapas interactivas de localización de redadas o la desobediencia a la hora de enseñar la documentación por parte los que la poseen, han permitido a muchos migrantes escaparse de la red arrojada por el Frontex. Aún así, 19 mil personas fueron arrestadas, lo cual significa para nosotras un llamamiento a la intensificación de la resistencia. También aquí, en Varsovia, donde el Frontex tiene su sede. La última oleada de huelgas de hambre en los centros de internamiento para extranjeros – a pesar de haber sido brutalmente pacificada– permitió crear contactos entre los presos y los grupos de apoyo, gracias a lo cual la información sobre la huelga de hambre pudo salir a la luz del día. Una de las iniciadoras de la huelga, Ekaterina Lemonjava, está pubicando ahora un libro sobre su experiencia, en colaboración con el grupo antifronterizo de Varsovia.

Desde hace varios años, se organizan en Varsovia estas Jornadas Anti-Frontex. Es hora de darles un nuevo impulso y reforzar mutuamente nuestras voces de protesta. Por ello, unidos, desde los círculos migrantes y aliados, os invitamos a las Jornadas Anti-Frontex que tendrá lugar durante los días 19- 22 de mayo. Os esperamos con encuentros, conferencias, proyecciones, manifestaciones y con el festival aliado, Activist Days Off (http://activistdaysoff.esy.es/ ).


Más información en la página: migracja.noblogs.org, para contactar: antyfrontex@riseup.net

Invitamos a que los grupos participen de manera activa en la organización del encuentro. Somos un reducido colectivo de Varsovia que desea actuar con vosotros para deconstruir nuestros privilegios y abolir las fronteras que se nos han impuesto. Cuando los ambientes migrantes de Europa se unen en la resistencia y la represión se acrecenta, no podemos mantenernos pasivos. ¡Juntos, contra el fascismo institucional del estado y en nombre de la solidaridad, verdadera, práctica y transnacional!

¡Venid a Varsovia! ¡Creemos juntos un potente frente contra el Frontex!

19 – 22 de mayo. ¡Jornadas Anti-Frontex en todo el mundo!

Para los que no puedan venir a Varsovia los días 19 – 22 de mayo, proponemos hacer unas jornadas decentralizadas de acciones contra el Frontex. ¡Que se nos oiga y vea en todas partes durante estos días! Os dejamos a vosotros y a vuestra ilimitada imaginación la eleccion de la forma de solidaridad con la que os queréis unir. Vosotros sóis los que mejor sabeis qué es lo más útil dentro de vuestro contexto local y por dónde atacar para que duela más.

¡Abajo las fronteras! ¡Viva la solidaridad activa!


migracja.noblogs.org